lunes, 24 de septiembre de 2012

NO ME GUSTA COCINAR

Cocinar solo conlleva desventajas. La principal es que lo ensucias todo. La segunda es que a la que te despistas se produce el desastre más inesperado. 
Además en verano el fuego  te dá calor y en invierno el agua fria te hiela. 
Si además al final lo que has cocinado no te lo puedes ni comer tú, mi creatividad se ha reducido a cuatro cosas: los bocatas, las tortillas de patatas, lo necesario para que mi hijo no se muera de hambre y las patatas a lo pobre.
En mis años de veraneo en Cuenca entendí que fundamentalmente las "patatas a lo pobre" son aquellas que pones en la sartén con lo que te tengas en casa en aquel momento. Y para mí sólo son básicos tres elementos: el ajo, el romero y el tomillo.
Pero como me resulta tan horrorosamente tedioso el tiempo que hay que perder para que se acaben de freir las putas patatas, sólo me es posible cocinarlas si al mismo tiempo estoy fregando los platos. Eso lo cambia todo.
He inventado una acción combinada, de fregado y cocinado, perfectamente sincronizada. Tipo friegas tres vasos, le das unas vueltas a las patatas y vuelves a fregar tres vasos más... Y no sigo para no aburrirles.
Tengo el tiempo tan medido que ambas actividades suelen terminar al unísono. Y el desasosiego que me produce pensar que al quitar las patatas de la sartén, estárá asquerosamente llena de aceite y pequeños restos, lo neutralizo al contemplar lo reluciente que me ha quedado el fregadero de la cocina.
Pero aún faltaba la guinda a tan exquisito manjar...

4 comentarios:

Jesús dijo...

En Albacete las patatas a lo pobre son patatas fritas normales, sin nada. Lo que las caracteriza es su forma, que al contrario de la típica patata alargada y delgada, son finas y anchas, como las de la tortilla de patatas.

Es posiblemente lo mejor que el planeta Tierra nos ha dado.

Nayuki dijo...

...que raro, aquí en Andalucia se le pone cebolla, pimiento y huevo, para chuparse los dedos

Anónimo dijo...

Joder, y lo peor de cocinar con aceite es como se te queda el pelo.

Pero es gracioso: yo también intento compensar el tiempo de espera fregando los cacharros que se van ensuciando.

Joan Navarro dijo...

Por cierto que se me olvidó mencionar el pimiento verde, aunque creo que ve lo suficiente...