Fernando Fernández, Carlos Giménez y Jordi Bernet, dedicando sus álbumes en el stand de Glénat en Expocomic, el año 2004.
Hace siete años de esta foto. Y otros tantos salones en Madrid. Y no puedo dejar de preguntarme porqué continuamos prácticamente igual. Porque se mire como se mire, Expocómic es el único Salón del Cómic que hay en Madrid. Sostenido casi en solitario por Emilio Gonzalo, contra viento y marea.
Madrid es tan importante como Catalunya en ventas. Con más de un 20% del mercado. Y, es sin duda, la mejor plataforma promocional.
Ahora mismo, ya hay en Madrid suficientes editoriales, autores, librerias o críticos, como para que el Salón, fuera igual, o más importante que el de Barcelona. Y si se trabajara en esta dirección, en lugar de tirarse piedras en su propio tejado, los editores de Barcelona estaríamos encantados participando. Es más, tal como está el patio, resulta casi imprescindible.
Emilio hará mejor o peor su trabajo, pero es el único que trabaja. Los demás no alcanzo a entender que satisfacción encuentran en boicotear con su gratuita displicencia un Salón necesario para el sector. Ya han demostrado todos que son incapaces de crear otro. Y, creo que ahora mismo sería ya tarde. Creo, de verdad, que ya es hora de que todo el mundo haga un esfuerzo para sumar.
Como hicimos en Barcelona cuando la Feria de Muestras nos llevaba a la catástrofe. Y se impuso, no sólo el sentido común, sino una idea, por encima de los intereses personales de cada uno.
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