Trás la obsesión de Jacques Glénat por sus licencias Disney y su insistencia para que me lanzara a publicar una serie de títulos de Mickey y Donald, llegó la de los álbumes de "Le Petit Prince". La gran presentación de hizo en Bolonia, con toda clase de lujos que me resultaban totalmente ajenos ya que me había vuelto monotemático: sólo me interesaba ir aclarando el tema de la venta de Glénat España.
Resistí pacientemente todo lo que me echaban y tras capear el chorreo personalizado de mi jefe sobre la imperiosa necesidad de vender pequeños príncipes a Salvat y a quien hiciera falta. Conseguí hablar en privado de otros temas, como, por ejemplo, qué estaba pasando con Glénat España. Y por primera vez surgió el nombre de Panini como presunto interesado en la compra de Glénat España y Glénat Benelux.
Fuera cierto o no, empezaban a estar más que claras las intenciones de mi jefe.
1 comentario:
Panini es como una especie de monopolio con situación de poder en el mercado respecto al resto de editoriales, ¿no?
Desde hace años no oigo más que Panini por todos lados: cromos de las ligas de fútbol, Marvel, Casterman... todo parece pasar por Panini. Como que hoy no está y mañana sólo está Panini.
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