Desde que, hace 12 años, Juanma Bajo Ulloa comenzase a preparar una película sobre El Capitán Trueno, mítico tebeo creado en 1956 por el guionista Víctor Mora Pujadas y el dibujante Ambrós, se ha escrito con reiteración en los medios de comunicación que estábamos ante un proyecto maldito, por el que han pasado variadas productoras y diferentes realizadores en potencia. Pero, salvo rarísimas excepciones, no hay proyectos malditos. Solo hay proyectos insensatos o películas deformes. O ambas cosas al mismo tiempo, como ocurre con la versión que finalmente llega a las pantallas, El Capitán Trueno y el Santo Grial, levantada por Pau Vergara desde el guion y la búsqueda de financiación, y culminada en última instancia desde la dirección por Antonio Hernández, uno de esos profesionales con fama de resolver cualquier entuerto (Los Borgia fue un buen ejemplo), pero que en este caso no parece haber hecho mucho más que terminar de rematar al moribundo. De hecho, hay que frotarse los ojos con papel de lija para intentar vislumbrar en este producto al guionista y director de aquella excelente En la ciudad sin límites (2002).
La larguísima primera secuencia, de unos 20 minutos de duración, con varias acciones en paralelo, cojitranca de ritmo, y sin el menor sentido del espacio ni del tiempo, ya pone el listón a bajísima altura nada más comenzar. Sin embargo, el nivel no logra siquiera estabilizarse. La dirección de actores es simplemente inexistente: Sergio Peris Mencheta, al menos, no arriesga, y así no la fastidia; otros, en cambio, no han entendido que incluso para sobreactuar hay que tener talento, y unos cuantos con papeles principales (Adrián Lamana, como Crispín; el exlanzador de peso Manolo Martínez, como Goliat; Natalia Yarovenko, además de la presentadora Jennifer Rope) no desentonarían en una obra de fin de curso en el teatrillo del instituto. Hernández, a pesar de los ralentís, no consigue encauzar una sola secuencia de acción, y la música, con la fanfarria de Piratas del Caribe como evidente modelo, parece estar siempre a punto de descabalgarse del ritmo de montaje.
En principio, con los tiempos que corren, adaptar con fidelidad un tebeo en el que cuando a un personaje le sorprende algo grita "¡Cáspita!", y en el que las cosas no se hacen rápidamente sino "en un periquete" puede provocar la risa floja de más de uno. Si a ello se une todo lo anterior, lo que queda es un involuntario ejercicio de comedia (en el pase para la prensa ha habido incluso irónicos aplausos) que no se sabe a quién enfadará más, si a los neófitos o a los fanáticos del tebeo.
6 comentarios:
Perdona que insista, pero realmente me gustaría saber tu opinión sobre la famosa edición de superlujo de "Signo Editores" que sólo se vende a domicilio por 750 euros y que son 10 tomos enormes.
http://www.signoeditorescomics.es/capitantrueno.html
Digo yo que sí te ha gustado, podrías incluso intentar que hicieran algo parecido con cómics de tu editorial. Se me ocurren 2 candidatos: la obra completa de Carlos Giménez, y una edición como dios manda de Esther (re-traducida, en el blanco y negro original, respetando los capítulos de 4 o 5 páginas originales, etc.)
http://www.signoeditorescomics.es/capitantrueno.html
No quise dar crédito ni prestar atención a los peores augurios. Lamentablemente, hoy tengo que aceptarlos. Como seguidor del personaje y de la obra de Víctor Mora y Ambrós, manifiesto con tristeza la impresión de que todo se ha terminado aquí, en esta película. Y deseo, vehementemente, equivocarme... ¿Quién va a invertir otros diez millones de euros en una hipotética segunda parte? Habrá que esperar a los datos de recaudación, en España y en los países en los que se vaya a proyectar.
¿Y el "pestiño" gráfico del cartel?, como se puede tener tan poco gusto y poca capacidad de realización!!!!
Curiosidad: este es el trailer de un corto que se hizo muchos años antes de esta peli (con absolutamente 0 euros...):
http://youtu.be/IBwBw605n30
¿Y el desenlace qué? Al final aparece el malo malísimo que debería arrasar con todo el planeta, se come el malo pelele y se vuelve a las profundidades. Así, sin más. Sin heroicidades ni nada. ¿No podían copiar un poco la peli de Hellboy, al menos?
¡Si ni cortaron las escenas de Crispín ligando, al ver que estaban puestas con calzador y que no pintaban nada!
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