"ATLÁNTIDA", EL NUEVO TEBEO DE "EL CAPITÁN TRUENO": OTRA DEFORME INSENSATEZ

Armado de valor, esta mañana he ido a comprar el nuevo "Capitán Trueno", sin poder evitar sentir una nostálgica emoción. He ido con mi hijo, al que le he contado claramente que su padre necesitaba comprarse un tebeo, entonando teatralmente que era del "Capitán Trueno". Le ha gustado la idea durante casi un minuto. Después sólo estaba interesado en que ya que yo me iba a comprar un tebeo, lo justo era que le comprara un coche a él. Y así ha sido y tan contentos que hemos vuelto los dos, a casa...

Pero seguramente que él ha sacado más partido de su coche de la "policía municipal" comprado en un chino, que yo del insultante tebeo.

No es posible decir que es peor que el anterior. Es materialmente imposible hacer un tebeo más repugnantemente feo que el que hizo Joan Boix. Pero es que no puedo entender como se puede llegar a repetir este atropello a la inteligencia y, sobretodo al personaje.

La portada es insultantemente ortopédica. Y ya te avisa de lo que vas a encontrate. El propio librero que me lo ha vendido, más o menos de mi quinta, casi estaba avergonzado de venderlo.

Y a pesar de eso, no se ha reducido mi ilusión.

Aunque la cosa no puede empezar peor.

El prólogo de Luis Alberto de Cuenca confirma tanto sus pocas luces, como su capacidad para mentir. ¿Cómo se puede decir que "El Último Combate" fué "una joya tebeística"?.

O Luis se ha vuelto memo, o es que le importa todo una mierda si le pagan un prólogo.

¿Cómo se puede hablar de Ricard Ferrándiz y sus "lápices prodigiosos"?

¿O decir de su trabajo que es "impecable en la realización gráfica del álbum"?

Lo único que puede tomarse en consideración del trabajo de Ferrándiz, es que su guión nos toma por imbéciles casi al mismo nível que el guión de la película.

Es decir, ha conseguido ser fiel a un infantilismo insultante que traiciona y ofende a quienes todavía tratamos de guardar en nuestra memoria el recuerdo del personaje de una forma positiva.

Cuesta seguir interpretando su éxito a partir de la negligente estulticia demostrada en las últimas ediciones.

Me duele seguir por este camino.

No pueden imaginarse lo que hubiera disfrutado con un tebeo, simplemente correcto.

Coherente.

Y, después de vomitar, no he podido evitar sentir una especie de calor familiar por las únicas imágenes acertadas del patético álbum: el reencuentro con Gundar y Zaida, Morgano e incluso Ricardo Corazón de León.

A pesar de eso, en un acto de despecho, he tirado el álbum al container de papel.

Y me he aliviado ligeramente.

Porque lo único que me relajaría es poder demandarles a todos por atropello sistemático a mi memoria...