Otro éxito de Carles Santamaría.
Me lo había anunciado.
El objetivo era que antes del cambio de gobierno, que, por cierto, estaba cantado hace meses, se lograra comprometer a la Generalitat en su compromiso con el Museo del Còmic. Lo cual me parece estupendo, por si acaso. Que ya conozco de que palo van todos los políticos, sean del partido que sean, con el tema de los tebeos. Lo he vivido en primera persona.
Pero ¿era necesario renunciar a dirigir el Museo?
¿Había que tragar con este esperpéntico tripartito del comic?
A veces creo que a Santamaría le falta creerse que nos tiene incondicionalmente a su lado para la causa de los tebeos. Sin claudicaciones que pagaremos caras.
2 comentarios:
Joan, por favor, explicate un poco más para los que somos lerdos y no alcanzamos a ver. Entiendo que los triunviratos no suelen acabar bien (como ejemplo prefiero los de Julio César, Cneo Pompeyo y Marco Licinio que los patéticos monigotes que hemos tenido que aguantar estos años) pero, a ver, sé un poco más explícito: ¿cuáles son las consecuencias que se derivarán de esta tricefalia?
Y conste que a mi me parece una idiotez, una auténtica papanatada lo de juntar ilustración y cómic. Como si el comic no tuviera entidad más que sobrada para tener su propio museo. Más o menos como si un museo de cine hubiera de ser también de fotografía.
No sé como explicarlo en síntesis. Llevo unos dias tratando de encontrar la manera de explicar mejor las decepción que me produce como está evolucionando este sueño que ha sido siempre un Museo del Còmic.
Si puedo avanzar que estoy totalmente en contra de que se mezcle comic e ilustración. Incluso en el mismo nombre del Museo. La ilustración como tantas otras cosas estarán cuando tengan relación con los tebeos, los personajes, las editoriales o los autores. Como la novela popular o los dibujos animados. Pero tiene que ser sólo Museo del Còmic. Y si los ilustradores quieren un Museo que lo hagan. Con sus "Tres Bessones" y sus Ferrándiz.
Hemos luchado por esto tantos años que no puedo entender que tengamos que tragar con compromisos políticos, con asuntos tripartíticos (y menos ahora que ya no están) o con un madrileño en la dirección para lograr apoyos. Aunque sea un hombre tan válido como Hernández Cava.
Tengo la impresión que, en el fondo, Ficomic no tiene la suficiente convicción en el proyecto y necesita cohartadas y pactos que no comparto.
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