Muley maneja bien su cimitarra y consigue defenderse unos segundos de los mandobles que le dirige su peligroso adversario. Varios moros se acercan rápidamente al lugar de la lucha y el héroe del antifaz comprende que debe huir pronto si no quiere correr el riesgo de prolongar la lucha y salir perdiendo ante el numeroso grupo de enemigos que se le echan encima.
3 comentarios:
¡Gracias Joan, muchísimas gracias! ¡De verdad! Un abrazo
Muchas gracias también por lo que me toca.Un abrazo igualmente.
El favorito de mi padre, tiene muchos de aquellos primeros tebeos en blanco y negro... :)
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