La bella hija del marqués acude a saludar al visitante al cual profesa alguna simpatía, debido a que no le desagrada el galanteo de que es objeto por parte del conde de Villanueva, que la pretende, a pesar del padre de la joven, que se ha negado varias veces, rotundamente, a cederle a su hija, por conocer la vida libertina de su vecino y no ser de su agrado. Pero la inesperada noticia de la proximidad de Kan, hace olvidar al marqués la aversión que siente por el que tan buena nuevale ha llevado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario