No sé si la página que publicas en esta entrada la has escaneado tú, o si corresponde al material que vais a publicar tras la correspondiente limpieza y ajuste digital.
Sea como sea, me sirve como excusa para comentarte una técnica, muy simple, para evitar que se transparente lo que haya impreso detrás de la hoja que vayas a escanear, como sucede en esta imagen.
Consiste en situar una cartulina (o tela) negra, lo más mate y oscura posible, pegando a la otra cara de la hoja que pretendas escanear. Esto hace que la luz del escaner no se refleje de vuelta al atravesar el papel, contribuyendo a que el aspecto del papel, con su color y sus fibras, se vea más homogeneo. Si el problema no es la simple transparencia del papel, si no que la tinta ha penetrado demasiado en este, también ayuda pero no tanto.
Aprovecho también para agradecerte tu incansable afán escaneador, ya que gracias a este puedo tener a mi alcance, a un tamaño modesto pero suficiente, páginas, ilustraciones e imágenes que de otro modo no podría encontrar, así como conocer autores que no sabría ni que existen.
Gracias. La verdad es que me lo paso bomba. Y como tengo un niño de tres años, y no tenemos abuelos para canguros, no salimos por la noche y en cuanto se duerme me dá el síndrome del escaneador compulsivo...
2 comentarios:
Hola Joan.
No sé si la página que publicas en esta entrada la has escaneado tú, o si corresponde al material que vais a publicar tras la correspondiente limpieza y ajuste digital.
Sea como sea, me sirve como excusa para comentarte una técnica, muy simple, para evitar que se transparente lo que haya impreso detrás de la hoja que vayas a escanear, como sucede en esta imagen.
Consiste en situar una cartulina (o tela) negra, lo más mate y oscura posible, pegando a la otra cara de la hoja que pretendas escanear.
Esto hace que la luz del escaner no se refleje de vuelta al atravesar el papel, contribuyendo a que el aspecto del papel, con su color y sus fibras, se vea más homogeneo.
Si el problema no es la simple transparencia del papel, si no que la tinta ha penetrado demasiado en este, también ayuda pero no tanto.
Aprovecho también para agradecerte tu incansable afán escaneador, ya que gracias a este puedo tener a mi alcance, a un tamaño modesto pero suficiente, páginas, ilustraciones e imágenes que de otro modo no podría encontrar, así como conocer autores que no sabría ni que existen.
¡Bien por ello!
Gracias. La verdad es que me lo paso bomba. Y como tengo un niño de tres años, y no tenemos abuelos para canguros, no salimos por la noche y en cuanto se duerme me dá el síndrome del escaneador compulsivo...
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