miércoles, 9 de mayo de 2012

"EL SEÑOR DE LA BOCINA" Y LA CASA USHER


Durante muchos años, estuve acompañando cada mañana a mi hija Niki, primero a la guardería y después al cole. Aunque a mi no me venía nada por la "H" de hijos, a la hora de la verdad, estuve encantado de ser el habitual acompañante matutino, sobretodo cuando íbamos cogidos de la mano. 
Y de vez en cuando, pero no una o dos veces, sino varias decenas de veces. justo al ir a cruzar el lateral de la Gran Vía, frente a casa, pasaba un coche que nos pitaba..., que tocaba la bocina.  Era Jordi Macabich y su esposa que se didrigían a la misma hora a las oficinas de su agencia Bardon Art, situadas un poco más allé,en la misma Gran Vía, creo.
Y a los cuatro dias, Niki lo bautizó como "el señor de la bozina". me encanta recordarlo, porque ahora he ido ya varias veces al metro con mi hijo Eric, a saludar a los conductores y también nos pitan. 
Jordi Macabich cerró Bardon Art hace un par de años, si no recuerdo mal, y supongo que estará tan feliz en su Begur de toda la vida. Y, ahora mismo no he podido localizarle. Pero me gusta imaginar que la historia que les contaré a continuación sea cierta.
Cerca de la editorial está la tienda "La Casa Usher", un paraíso para chiflados como yo, en el que puedes encontrar desde un single horrible de los 60, a un casco de botella de Sandaru, un banderín de recuerdo de Blanes, o un cenicero de Cinzano. Y tebeos. Tipo "Claro de Luna". Hace un par de meses, estuve charlando con su propietario Miquel y, por fín me decidí a comprarle cuatro grandes cuadros que tenía colgados en la pared, muy altos. Eran cuatro dibujos de Carrillo, Puigmiquel, Carlos Giménez y Macabich. Enmarcados igual. Con humedades. Y, el de Giménez casi borrado por la luz. Según Miquel, los compró cuando se vació un piso, que según sus indicaciones bien pudo ser las oficinas de Bardon Art.
A mí me pareció muy emotivo comprarlos para ponerlos en Glénat (o EDT), como modesto homenaje a Jordi Macabich, siempre en un segundo plano en la historia de las agencias barcelonesas. Pero, como eran tan grandes no me los llevé y quedamos que un día que nos fuera bien, Miquel los traería y aprovecharíamos para ver la editorial, hablar de tebeos y discos malos, y comer juntos.
Unas semanas después, recibí un SMS en el que simplemente se me comunicaba que Miquel había muerto.
Dias después pasé por la tienda asociada a la "Casa Usher", "La Bola", porqwue estaba al lado de uno de los muchos notarios que he tenido que visitar con esto de la compra de la editorial. Y allí, rápidamente me dijeron que sabían perfectamente que yo había comprado esos cuadros y que cuando fuera posible me llamarían para ir a recogerlos.
El lunes fuí a recogerlos, porque descargaban de una feria del disco y durante el Saló, en el que estaba Jordi de "La Bola", quedamos.
Allí supe de una muerte inesperada causada por una bacteria hijadeputa, normalmente africana que se llevó a Miquel en cuatro dias: "Streptococus pyogénes".
Acabo de colgar dos de estos cuadros en mi despacho, luchando con una pared impenetrable... Los de Puigmiquel y Carrillo. Dejo para mañana los otros. A ver si alguien me ayuda... 
Y al ver que ambos autores han sido publicados por Glénat/EDT, me he sentido muy feliz de conservar algo que creo que perteneció al "señor de la bocina".
 

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