miércoles, 29 de febrero de 2012

HAZAÑAS BÉLICAS Nº 53: INFIERNO EN STALINGRADO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Tan malo era Boixcar que no se le recuerda?
Ni homenajes ni nada.
Desaparecido.
Gracias por hacerlo tú.
Que lástima que no supe conservar los tebeos de mi padre. Se rompieron de tanto leerlos. En algún cajón tengo todavía unos cuantos.
Un saludo.

Maestro Ciruela dijo...

Boixcar te podía gustar al principio, pero cuando descubrías a Longarón, el otro se desmontaba como un castillo de naipes. Aún recuerdo la cara de escepticismo de Jordi Macabich cuando, un ya lejano día, le mencioné a Boixcar como referente. Claro que, esta percepción sólo está al alcance de profesionales o de aficionados sagaces...