 El oficial moro pelea bien, y el infame conde le va a la zaga, con lo que consiguen hacer retroceder al enmascarado, mientras Fernando se ve acosado por el otro sarraceno.
 El oficial moro pelea bien, y el infame conde le va a la zaga, con lo que consiguen hacer retroceder al enmascarado, mientras Fernando se ve acosado por el otro sarraceno.- ¡El Guerrero del Antifaz terminará aquí! -ruge Muley.
 El oficial moro pelea bien, y el infame conde le va a la zaga, con lo que consiguen hacer retroceder al enmascarado, mientras Fernando se ve acosado por el otro sarraceno.
 El oficial moro pelea bien, y el infame conde le va a la zaga, con lo que consiguen hacer retroceder al enmascarado, mientras Fernando se ve acosado por el otro sarraceno. Muley y el conde de Villanueva acuden prestos en ayuda del trio árabe, baiendo caído los otros bajo la espada del guerrero.
 Muley y el conde de Villanueva acuden prestos en ayuda del trio árabe, baiendo caído los otros bajo la espada del guerrero. De pronto aparecen tres moros a espaldas del Guerrero del Antifaz y Fernando, que echan mano a sus espadas y entablan reñido combate con ellos.
De pronto aparecen tres moros a espaldas del Guerrero del Antifaz y Fernando, que echan mano a sus espadas y entablan reñido combate con ellos. El guerrero se muerde los labios; si no tuviese antifaz y usase prendas cristianas, habría cristianos que le reconocerían como el hijo del terrible reyezuelo destronado. Pero ¿a qué pensar esto? Era preciso desbaratar la conjura de aquellos dos malvados...
 El guerrero se muerde los labios; si no tuviese antifaz y usase prendas cristianas, habría cristianos que le reconocerían como el hijo del terrible reyezuelo destronado. Pero ¿a qué pensar esto? Era preciso desbaratar la conjura de aquellos dos malvados... - Tu enemigo caerá en la trampa y morirá, si consigues atraerlo hacia acá -apunta el sarraceno, mientras estrecha la mano del desaprensivo conde, que contesta:
 - Tu enemigo caerá en la trampa y morirá, si consigues atraerlo hacia acá -apunta el sarraceno, mientras estrecha la mano del desaprensivo conde, que contesta: El moro se llama Muley y es oficial del ejército moro de Málaga, que, deseoso de ganarse honores entre los suyos, no vacila en usar de toda clase de artimañas y malas artes contra los cristianos.
 El moro se llama Muley y es oficial del ejército moro de Málaga, que, deseoso de ganarse honores entre los suyos, no vacila en usar de toda clase de artimañas y malas artes contra los cristianos. El hijo del difunto conde de Roca comprende, por lo que va oyendo, que el cristiano es el conde de Villanueva y que odia a su vecino el marqués de Bocanegra, al cual quiere preparar una encerrona en territorio moro, con el fin de deshacerse de él.
 El hijo del difunto conde de Roca comprende, por lo que va oyendo, que el cristiano es el conde de Villanueva y que odia a su vecino el marqués de Bocanegra, al cual quiere preparar una encerrona en territorio moro, con el fin de deshacerse de él. Una noche acampan entre los pinos de un monte y oyen una conversación entre un caballero cristiano y un moro que parece jefe.
 Una noche acampan entre los pinos de un monte y oyen una conversación entre un caballero cristiano y un moro que parece jefe. El Guerrero del Antifaz y el jovenzuelo Fernando, a quien Ali-Kan dejó sin familia, se hacen buenos amigos y marchan juntos sedientos de venganza.
 El Guerrero del Antifaz y el jovenzuelo Fernando, a quien Ali-Kan dejó sin familia, se hacen buenos amigos y marchan juntos sedientos de venganza. Mas tarde, su padre muere, y, desesperado, el guerrero se lanza a fantásticas aventuras, que damos aquí comienzo después de significar la personalidad de nuestro héroe.
 Mas tarde, su padre muere, y, desesperado, el guerrero se lanza a fantásticas aventuras, que damos aquí comienzo después de significar la personalidad de nuestro héroe. El guerrero enmascarado tiene que seguir su destino y pagar su culpa, que no es suya, guerreando sin cesar contra los moros, renunciando a la nobleza que le corresponde y a la joven condesita, a quien ama también.
 El guerrero enmascarado tiene que seguir su destino y pagar su culpa, que no es suya, guerreando sin cesar contra los moros, renunciando a la nobleza que le corresponde y a la joven condesita, a quien ama también. Pero entre los cristianos había gente que deseaba encontrar al hijo de Ali-Kan, que había dado muerte a muchos caballeros y guerreros, y el joven Guerrero del Antifaz comprende que no puede descubrir su secreto, y despojarse del antifaz.
 Pero entre los cristianos había gente que deseaba encontrar al hijo de Ali-Kan, que había dado muerte a muchos caballeros y guerreros, y el joven Guerrero del Antifaz comprende que no puede descubrir su secreto, y despojarse del antifaz. El conde de Roca recupera parte de su fortaleza perdida al recobrar un hijo ignorado, y la condesita se enamora del gentil enmascarado.
 El conde de Roca recupera parte de su fortaleza perdida al recobrar un hijo ignorado, y la condesita se enamora del gentil enmascarado. Allí, la condesita Ana María conoció al Guerrero del Antifaz, al que reconoce hijo del conde de Roca, y le insta a que vuelva junto a su padre.
 Allí, la condesita Ana María conoció al Guerrero del Antifaz, al que reconoce hijo del conde de Roca, y le insta a que vuelva junto a su padre. Un dia, el Guerrero del Antifaz cayó herido y fué recogido por el conde de Torres, que luchaba entonces contra la morisma en las avanzadas cristianas, y éste le trasladó a su castillo, respetando su secreto.
 Un dia, el Guerrero del Antifaz cayó herido y fué recogido por el conde de Torres, que luchaba entonces contra la morisma en las avanzadas cristianas, y éste le trasladó a su castillo, respetando su secreto. Los moros dieron en llamarle "El Guerrero del Antifaz", y se convirtió para ellos en una pesadilla. Agil, fuerte como un toro, terrible con las armas, les hostigaba sin cesar y desbarataba sus planes anunciándolos a los caballeros y guerreros de la Cruz.
 Los moros dieron en llamarle "El Guerrero del Antifaz", y se convirtió para ellos en una pesadilla. Agil, fuerte como un toro, terrible con las armas, les hostigaba sin cesar y desbarataba sus planes anunciándolos a los caballeros y guerreros de la Cruz. El conde sólo compartió su secreto con la hija de su vecino, el conde de Torres, la cual le consoló con tiernas y dulces palabras.
 El conde sólo compartió su secreto con la hija de su vecino, el conde de Torres, la cual le consoló con tiernas y dulces palabras. El afligido conde de Roca pensó después que el joven le había dicho la verdad, pues recordaba las facciones del mismo y las encontraba parecido extraordinario con las suyas propias.
 El afligido conde de Roca pensó después que el joven le había dicho la verdad, pues recordaba las facciones del mismo y las encontraba parecido extraordinario con las suyas propias. El joven volvió a montar en el corcel que le había traido y se despidió del conde diciendo:
 El joven volvió a montar en el corcel que le había traido y se despidió del conde diciendo: El muchacho se presentó ante el conde de Roca y le contó quién era y lo sucedido.
 El muchacho se presentó ante el conde de Roca y le contó quién era y lo sucedido. El joven huyó en un veloz caballo y los guerreros de Ali-Kan no consiguieron alcanzarle.
 El joven huyó en un veloz caballo y los guerreros de Ali-Kan no consiguieron alcanzarle. Ali-Kan se abalanzó sobre el que hasta entonces creyó hijo suyo, con ánimo de matarle también; pero éste empuñó su cimitarra y luchó con el fuerte y hábil reyezuelo hasta que le hirió en el pecho dejándole por muerto.
 Ali-Kan se abalanzó sobre el que hasta entonces creyó hijo suyo, con ánimo de matarle también; pero éste empuñó su cimitarra y luchó con el fuerte y hábil reyezuelo hasta que le hirió en el pecho dejándole por muerto. Ali-Kan oyó la conversación entre madre e hijo, y lleno de furia incontenible atravesó con su cimatarra el pecho de la infortunada mujer, antes de que el joven tuviera tiempo de reaccionar de su estupor.
 Ali-Kan oyó la conversación entre madre e hijo, y lleno de furia incontenible atravesó con su cimatarra el pecho de la infortunada mujer, antes de que el joven tuviera tiempo de reaccionar de su estupor. Pero un dia, el joven conoció su verdadero origen por boca de su madre, que le exhortó a huir de allí y regresar junto a su padre.
 Pero un dia, el joven conoció su verdadero origen por boca de su madre, que le exhortó a huir de allí y regresar junto a su padre. El niño se hizo mayor y luchó junto a su supuesto padre contra los cristianos en medio del dolor de la desgraciada madre y el orgullo y placer de Ali-Kan, satisfecho del apuesto, fuerte e inteligente mancebo, que se hacía un gran guerrero.
 El niño se hizo mayor y luchó junto a su supuesto padre contra los cristianos en medio del dolor de la desgraciada madre y el orgullo y placer de Ali-Kan, satisfecho del apuesto, fuerte e inteligente mancebo, que se hacía un gran guerrero. Ocho meses después, la condesa de Roca tuvo un niño que Ali-Kan creyó suyo y lo acogió con alegría. La infeliz madre no quiso desengañar al feroz moro, por temor a que matase a su hijo, y guardó el secreto.
 Ocho meses después, la condesa de Roca tuvo un niño que Ali-Kan creyó suyo y lo acogió con alegría. La infeliz madre no quiso desengañar al feroz moro, por temor a que matase a su hijo, y guardó el secreto. Derrotado, herido en su honor y en lo más vivo de su alma, se resignó a esperar, rógando la ayuda divina y ansiando vengarse del infame raptor.
 Derrotado, herido en su honor y en lo más vivo de su alma, se resignó a esperar, rógando la ayuda divina y ansiando vengarse del infame raptor. El conde de Roca, esforzado caballero cristiano, no pudo conseguir, por más que hizo, rescatar a su mujer, y tras fracasar en repetidos intentos, tuvo que rendirse a la cruel realidad; el moro era más fuerte, su fortaleza estaba lejos y no había medio de arrebatarle la presa.
 El conde de Roca, esforzado caballero cristiano, no pudo conseguir, por más que hizo, rescatar a su mujer, y tras fracasar en repetidos intentos, tuvo que rendirse a la cruel realidad; el moro era más fuerte, su fortaleza estaba lejos y no había medio de arrebatarle la presa. Ali-Kan, reyezuelo moro de un pequeño territorio de Andalucía, en una correría por tierras de cristianos llega al condado de Roca, se apodera de la joven condesa de Roca, de la cual se enamora apasionadamente, y la lleva a su fortaleza.
 Ali-Kan, reyezuelo moro de un pequeño territorio de Andalucía, en una correría por tierras de cristianos llega al condado de Roca, se apodera de la joven condesa de Roca, de la cual se enamora apasionadamente, y la lleva a su fortaleza.