EL TUNEL DEL TIEMPO

Mi amigo Ramón de España apareció hace unos dias en Glénat con un regalo inesperado: el pack que contiene los 15 primeros episodios de una de mis series míticas: "El Tunel del Tiempo".
Hasta hoy no he conseguido ver nada ya que mi DVD y mi ordenador se han puesto de acuerdo para impedirme el visionado, argumentando lo de las zonas...
Y la verdad es que no sé si me gusta más la idea de tener el pack sin haberlo visto que verlo...
Guardo un recuerdo estupendo de la serie.
No teníamos tele. Mi padre fué un militante anti-tele.
Básicamente por dos motivos: porque impediría que sus tres hijos se aficionaran a la lectura, de la que era un apasionado, y porque era en español y consideraba que si a una escolarización en español se unía la tele, como ya era el cine, nuestro catalán quedaría reducido a lo doméstico, como le ocurre a Aznar...
Eran los tiempos de la resistencia cultural: Cavall Fort, Infantil, Anxaneta, etc.
Pero llegó el verano y en el camping en el que cada año pasábamos dos meses, un vecino tenía una tele y cada noche se veía colectivamente.
En mi caso sólo recuerdo ir religiosamente, creo que los miércoles, a ver "El Tunel del Tiempo".
Cada uno con nuestra silla plegable.
Tratando de oir algo e incluso ver en aquella pequeña pantalla.
Eramos una multitud.
Los otros dias de la semana preferíamos jugar...
Cuando publiqué en Glénat el maravilloso libro de Antonio Blanco "Televisión de Culto" (Biblioteca del Dr. Vértigo nº6) en 1996, me pareció aún más mejor el grado de caspa que Irwin Allen usó para realizar la serie.
O sea que sigo sin saber si es mejor seguir sin poder verla o perder la magia de mis recuerdos.