Cuando aparece el cristiano enmascarado, el traidor se abalanza sobre él, espada en mano, ante el asombro del oficial y el soldado que escoltan al visitante. Este saca a relucir su acero rápidamente y para el golpe de su enemigo.
-¡Alto caballeros! -grita el marqués, mientras su hija se abraza a él inmovilizándole.
-¡Seños marqués! ¡Este hombre quería llevaros a una emboscada! -dice sonrieno ironicamente a su enemigo.
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