Trás abandonar la dirección del Saló del Còmic de Barcelona, a principios del verano, mi objetivo principal, en la editorial, fue publicar una revista de historietas, aunque fuera mal, para situar Glénat España en el mapa y estimular la producción de historietas de autores españoles.
Algunos nos venían ya en el "pack" de Glénat Francia, como Ana Miralles (con "Eva Medusa") y Fernando de Felipe (con "Black Deker"). Incluso otros como, Sempere y Pérez Navarro, cuyo proyecto "Merlin" no llegó a ver la luz.
Eran supuestos malos tiempos para revistas, pero flotaba en el ambiente la energía suficiente para hacerlas.
Para Glénat suponía la posibilidad de promocionar, en "el mundo real" del comic, nuestros álbumes y escapar del callejón sin salida que suponían las precarias ventas en las librerías.
Y pusimos todos la máxima ilusión en el proyecto.
Algunos nos venían ya en el "pack" de Glénat Francia, como Ana Miralles (con "Eva Medusa") y Fernando de Felipe (con "Black Deker"). Incluso otros como, Sempere y Pérez Navarro, cuyo proyecto "Merlin" no llegó a ver la luz.
Eran supuestos malos tiempos para revistas, pero flotaba en el ambiente la energía suficiente para hacerlas.
Para Glénat suponía la posibilidad de promocionar, en "el mundo real" del comic, nuestros álbumes y escapar del callejón sin salida que suponían las precarias ventas en las librerías.
Y pusimos todos la máxima ilusión en el proyecto.
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