"Aunque le cueste creerlo", decía una sección del "Pulgarcito"...
Y bien podría aplicarse en esta entrada.
Ya he comentado, en otras ocasiones, mi peculiar relación con Vázquez, y no pretendo repetirme, pero, para ilustrar esta entrada, basta decir que cuando Vázquez me pidió que me ocupara de su hijo, tal vez sobreactué...
También he contado que gracias a Manolito publicamos "Kenshin" y que tal vez eso salvó la editorial en el 99.
O sea que como te digo una cosa te digo la otra...
El hecho es que Manolo fué nuestro director comercial y ahí tienen ustedes la prueba.
No recuerdo, ni quiero, hechos concretos, pero no está muy lejos de la verdad decir que no vendió ni por asomo...
Pero multiplicó risas y simpatías.
Y, yo tengo una imagen imborrable: una comida con Jacques Glénat.
El hombre las debía haber visto de todos los colores, pero ante Manolito se quedó pasmado...
especialmente cuando Manolo, atacado de los nervios, le sirvió el vino en la mesa en lugar de en su copa...
"Es simpático y tiene talento" me dijo Jacques, siempre educado hasta lo incomprensible...
Y nunca más mencionó nada al respecto.
Es decir, un caballero.
Y yo saqué una conclusión: si dos marcianos como Manolito y Jacques se respetan, el mundo no va tan mal como nos pensamos.
Y bien podría aplicarse en esta entrada.
Ya he comentado, en otras ocasiones, mi peculiar relación con Vázquez, y no pretendo repetirme, pero, para ilustrar esta entrada, basta decir que cuando Vázquez me pidió que me ocupara de su hijo, tal vez sobreactué...
También he contado que gracias a Manolito publicamos "Kenshin" y que tal vez eso salvó la editorial en el 99.
O sea que como te digo una cosa te digo la otra...
El hecho es que Manolo fué nuestro director comercial y ahí tienen ustedes la prueba.
No recuerdo, ni quiero, hechos concretos, pero no está muy lejos de la verdad decir que no vendió ni por asomo...
Pero multiplicó risas y simpatías.
Y, yo tengo una imagen imborrable: una comida con Jacques Glénat.
El hombre las debía haber visto de todos los colores, pero ante Manolito se quedó pasmado...
especialmente cuando Manolo, atacado de los nervios, le sirvió el vino en la mesa en lugar de en su copa...
"Es simpático y tiene talento" me dijo Jacques, siempre educado hasta lo incomprensible...
Y nunca más mencionó nada al respecto.
Es decir, un caballero.
Y yo saqué una conclusión: si dos marcianos como Manolito y Jacques se respetan, el mundo no va tan mal como nos pensamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario