Estábamos en Tokyo en una cena que nos ofrecieron Shueisha, Shogakukan y Kodansha (un hecho insólito) para agradecer que hubiéramos ido a Japón más de cien profesionales invitados por Glénat. Una de las grandes ideas de Jacques Glénat. Idea enfocada especialmente a los libreros. Y entre los invitados franceses, belgas y suizos, allí estábamos unos cuantos infiltrados.
La cena era estupenda y, como todo lo japonés requería de su ceremonial.
Pero Jacques desapareció.
Tenía una cita con el embajador francés en Japón.
Y empezaron los discursos de agradecimiento a nuestra expedición por parte de cada uno de los editores japoneses. Mientras se percibía en el aire un mal rollo total por la ausencia de nuestro líder...
Nadie reaccionaba y tomé el mando. Me agarré al micro e hice vitorear a toda nuestra expedición a cada uno de nuestros anfitriones al grito de "¡¡¡¡Appare!!!". O sea un "¡¡¡Appare Shueisha!!!", por ejemplo...
Todo gracias a que habíamos publicado los mangas de Yuu Watase "Appare Jipango" y sabíamos que signíficaba "Viva Japón".
La gracia fué un éxito.
Y a mí se me quedó para siempre el "Appare Jipango".
En el caso de esta etiqueta lo puse porque la verdad es que cada vez me gustan más los tebeos japoneses y me lo paso bomba en las librerías de viejo encontrando joyas como las que preceden este texto.
¿Me comprenden, no?
1 comentario:
Yo sí te comprendo, sí... *Sigh*
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