lunes, 17 de diciembre de 2007

JORDI BERNET

Foto de Josep Bagá para "Cimoc"


NACIDO PARA DIBUJAR




Bernet es a los tebeos lo que Ronaldinho al fútbol. O lo que es lo mismo, las manos del dibujante son como los pies del futbolista. Alguna varita mágica les debió de tocar en la cuna de modo que hacen con una naturalidad fascinante lo que el resto de los mortales no lograremos jamás.
El pincel que maneja la mano de Bernet se posa en el papel y con cuatro movimientos que uno no puede seguir ni con la vista, logra un ambiente tenebroso, un claroscuro de cine negro, unas curvas eróticas o un rostro impenetrable.
Además, le gustan los tebeos, en concreto las páginas originales, y cuenta con la colección de tiras de prensa americanas más envidiable del país. Y no solo sabe dibujar, sino que sabe “ver” a los dibujantes. Tiene un ojo clínico que le permite acumular una colección de obras maestras, especialmente de aquellos autores a los que admira y de cuyas fuentes ha sabido extraer lo mejor: Noel Sickles, Milton Caniff, Frank Robbins, Alex Toth o Joe Kubert, entre muchísimos otros. Y cualquiera le discute.
Hace unos años, en el Salón del Cómic de Angoulême le pedí que me ayudara a seleccionar una página dominical de Johnny Hazard de Robbins, entre un montón que había traído un “traficante” italiano. Las ojeó, seleccionó una y, con aires de profesor a lo Indiana Jones, me soltó: “mira, lo mejor de Robbins son los muertos, las explosiones y los aviones... en esta página están las tres cosas”.
Tengo enmarcada esa página en el salón de mi casa en una pared en la que me he montado mi especial homenaje a Jordi. Junto a ella he puesto un Caniff y un Sickles, y, entre todos, rodean una portada del “Kraken” de Bernet. De hecho, creo que por su culpa me he viciado yo también con los originales, pero eso sería otra historia.
Jordi Bernet (Barcelona, 1944), nació además rodeado de un nada habitual ambiente tebeístico. Su padre, Miquel Bernet Toledano (Barcelona, 1921) fue uno de los baluartes del Pulgarcito (Editorial Bruguera) de posguerra, para el que creó uno de sus personajes clave: Doña Urraca (1947), junto a decenas de personajes más, firmados siempre como “Jorge” en una clara premonición de quién sería su continuador.
Otro familiar trabajó en los tebeos, su tío Miquel Bernet Toledano (Vilafranca del Penedés, 1924), creador gráfico, entre otros, de “Altamiro de la Cueva” publicado en TBO desde 1957, o “Los Guerrilleros” publicado en “Trinca” en 1970. El tío de Jordi tuvo una influencia capital en el devenir profesional de éste, como se verá a continuación. El padre de Jordi murió prematuramente en 1960, y su hijo se propuso inmediatamente como continuador de la serie. Fascinado desde niño por el trabajo de su padre, Jordi siempre tuvo claro que quería ser dibujante de tebeos. Cuenta él mismo que dibujaba sentado debajo de la silla de su progenitor y que contemplaba extasiado por encima de su hombro cómo dibujaba, incluso en ocasiones sin el paso previo del lápiz: directamente a tinta. Pero cuando propuso a Bruguera la continuidad de “Doña Urraca”, la propuesta venía de un chaval de quince años. Si no llega a ser por la ayuda de Bernet Toledano, su tío, probablemente aquello no hubiera “colado”.
Otro de los tíos de Jordi, Joan Bernet Toledano, también tuvo alguna intervención esporádica en Bruguera y, para cerrar el círculo, otro tío, pero esta vez por parte de madre, Miquel Cussó (Barcelona, 1921) también tuvo sus incursiones en la historieta. Guionizó las desconocidas historietas realistas de Miquel Bernet (que, por cierto, ésas sí las firmó con su apellido) para la colección “Aventuras y Viajes” de Bruguera y escribió los guiones de “Tallarín López” para Pulgarcito, una delirante historieta en la que el protagonista viaja al centro de la Tierra para encontrarse un mundo dominado por mujeres. Finalmente, con Jordi Bernet, trabajó como guionista de la serie “Dan Lacombe” publicada en la revista belga “Spirou” y recientemente reeditada en España, una obra clave para entender la evolución gráfica de Bernet hacía su estilo definitivo.
En definitiva, junten ustedes este insólito ambiente familiar con el don natural para el dibujo que posee Bernet hijo, súmenle un conocimiento técnico de las mejores historietas clásicas del mundo y encontrarán las claves del que tal vez sea el dibujante español más admirado y respetado de nuestra historia.

1 comentario:

Ferran Delgado dijo...

Rebuscando fotos antiguas en el trastero, me ha salido un rollo de fotos tomadas en un par de Salones de los 80 donde aparece Bernet y Carlos Giménez.

Si tienes curiosidad, es este:
http://picasaweb.google.com/ferrandelgado/SaloDelComic#

¿Podrías decirme por favor qué Salón es el de Drassanes?

Un saludo.