Las negociaciones con el CSKA se prolongaron durante seis meses. Minguella tuvo que pasar varias pruebas. Una de ellas fue beber vodka con yogur por deseo de los generales que dirigían el club búlgaro. Tuvo que intervenir el propio Jefe del Gobierno bulgaro, Todor Zhivkov, para llevar a término el traspaso por 4 millones de dólares.
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