Si ha habido una editorial daltónica esa ha sido Bruguera. El mal gusto y la más absoluta desidia para colorear sus tebeos rozan casi siempre la incompetencia más patética, solo comparable, tal vez, con el descuido general con el que trataban todos sus tebeos.
Y para muestra un botón. Si observamos a primera vista la portada del número uno de “El Capitán Trueno”, en las dos imágenes que aparecen del protagonista, una correspondiente a la marca de la serie y otra a la ilustración del primer episodio, ya vemos al protagonista vestido con dos colores tan diferentes como el amarillo y el rojo. Incluso en una luce un cuello azul y en la otra una cota de mallas blanca. Todo en el mismo numero uno. Y hay más. Al empezar a leer el tebeo, en la página dos, en la primera aparición del Capitán, Ricardo Corazón de León se refiere a él como “caballero negro”.
Años después cuando con “Trueno Color”, se inicia la mutilada reedición en color de la colección, aparece en todas las portadas vestido de color azul, acompañado de un Goliath que también cambia sus colores para ser del Bilbao o del Atlético de Madrid y lo que es más incomprensible aún, con algunas páginas interiores en los que aparecía vestido de un absurdo color naranja, en un descuidado coloreado general.
Uno se pregunta si todos estos despropósitos se debieron a la incompetencia, a la neglicencia, a la estupidez o si simplemente era la práctica habitual en la editorial que teniendo prácticamente durante años el monopolio del mercado consiguió desde su posición de privilegio, hacerlo todo mal. Y me quedo corto. Bruguera, fue la indiscutible lider del coloreado feo. Y su mayor aportación fue generar una repugnante industria del reciclado, carente de la menor ética, gusto o inteligencia.
Y, lamentablemente las ediciones de El Capitán Trueno fueron, tal vez uno de sus peores hitos.
Resulta incomprensible lo que tragábamos los niños de los 60. Basta intentar hojear los cien primeros números de “El Capitán Trueno Extra” para alucinar con la basura gráfica que suponen. Para el lector y también para los dibujantes que se vieron obligados a un colaboracionismo justificado sólo por la miserable situación de la época y por su propia desidia creativa.
Tuve la suerte de ahorrarme estos primeros ejemplares y engancharme al Extra en una época ya tardía, la de “Víctor el Héroe del Espacio” y “El Jabato”, y la verdad es que para mi era estupendo tener dos tebeos a la semana de mi héroe favorito. Tragué hasta con el “Album Gigante”, aunque nunca entendí a quien pudo ocurrírsele la ídea de poner un tipo fotografiado en la portada.
Pero esa triste foto de modelo de pacotilla, me dió una gran idea: si ese señor podía, yo también. Así que a mi pobre madre no le quedó más remedio que aplicarse a confeccionar un vestido de Capitán Trueno lo mejor que pudo.
El vestido no me gustó. Creo que casi ni lo usé para jugar.
Porque era marrón.
Ni rojo, ni amarillo, ni negro, ni el azul de años después. Hay que joderse.
Mi madre, como Bruguera, tampoco pensó que el color era fundamental.
A ella la he perdonado.
A Bruguera, no.
6 comentarios:
¿Dónde aparecieron antes estos textos, Joan? Tanto éste como el de Vázquez juraría habértelos leído...
¿En el catálogo del Saló del año pasado?
Pero igual antes en algún otro sitio, no sé.
Slurps!
Antes que nada gracias por mirarse mi blog. Creo que se publicó en el catálogo del Saló del 2006 tal como apunta lavacanacho. Y que el de Vázquez era el prólogo de un catálogo de una expo de Vázquez en Cádiz o Sevilla. No encuentro las publicaciones, por eso no he puesto la referencia.
El texto de Vázquez es el que está incluido en el catálogo de la expo de Vázquez en Sevilla y Cádiz.
Este texto es cojonudo!
Pero, a ver, Joan, ¿a quién coño le importa un carajo de qué color eran las mallas de Goliath? ¿O qué diseñador le hacia el peplo al Capitán Trueno?... Y es que después hacemos una mueca de desagrado cuando a los comiqueros nos llaman frikis... ¡Si es que somos más fricazos que el copón!
Pero, en fin, no sé..., quizá sea igual de importante que debatir acerca de la capa de ozono, la clasificación del rayo vallecano o la aportación a la literatura y el pensamiento de Hermann Broch...
Hay gente para todo...
Saludos.
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