Las conversaciones de Tanatorio te llevan inevitablemente al recuerdo de los que se han ido. Para mí el principal ha sido que era la primera vez que volvía al Tanatorio de la Ronda de Dalt, después de la muerte de mi madre.
Y hablando de Aleix Aleu, Josep Maria Berneguer o Antonio Ventura-Traveset, ha surgido otro nombre inesperado, el de Emilio Ortiz de la Tabla. El creador de Mamágraf, junto a la también desaparecida Rita, su esposa.
Y hemos recordado la gloriosa etapa de mediados de los 80, con las lujosas carpetas que Mamágraf editó, entre ellas, esta, dedicada a obra gráfica de Mariscal. Era el mundo de la serigrafía firmada y numerada. Probablemente un espejismo. Pero sin el cual, no se entenderían, probablemente, muchos de los cambios de la historieta española a partir de esos años 80.
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