sábado, 2 de marzo de 2013

"EL CASTELLANO NUNCA HA SIDO UNA LENGUA IMPUESTA EN CATALUÑA" (MENTIRAS HABITUALES-6): GAUDÍ DETENIDO EN 1924 POR HABLAR CATALÁN CON LA POLICÍA, A LOS 71 AÑOS...




A las 8:05 de la mañana del día 11 de Septiembre de 1924, el Sr. Valls, al ir a entrar a la iglesia de Sant Just, fue detenido por un policía que le preguntó:
- ¿Dónde va usted?
- Voy a misa. (en catalán)
- No se puede pasar. Si quiere ir a misa, puede ir a otra iglesia.
- Es que yo quiero ir a misa en esta de Sant Just. (en catalán)
- Pues por esta puerta no se puede pasar. Pruebe por la otra puerta.

El Sr. Valls fue por la otra puerta de la calle de la Ciudad, y allí también le impidió pasar otro policía con el qué discutió un rato.
En este momento se presentó el Sr. Gaudí i todo decidido trata de entrar a la iglesia. El policía le detuvo preguntándole:
- ¿Dónde va usted?
- Voy a misa. (en catalán)
- No se puede pasar.
- Pues yo pasaré. (en catalán)
- ¡Usted no pasará! - y le cogió del brazo.
- ¿Porque me coge del brazo usted? (en catalán)
- Siga usted

El Sr. Valls interviene a favor del Sr. Gaudí. Los detienen y los llevan a ambos a la Delegación de Policía de la plaza del Regomir. El policía al presentar a los detenidos los acusa de haberle insultado a lo que el Sr. Gaudí dice:
- Mentira, yo no he insultado a nadie. (en catalán)
- Cállese usted.
- No puedo ni debo callar. Que diga la verdad y callaré. (en catalán)
- Cállese usted y siéntese.

Cuatro policías hacen la indagatoria: uno preguntando, otro escribiendo, otro hablando con el que pregunta y el otro mirando como el otro escribía.
- ¿Cómo se llama usted?
- Antoni Gaudí
- ¿Que edad tiene usted?
- 71 años (en catalán)
- ¿Qué profesión?
- Arquitecto (en catalán)
- Pues su profesión le obliga a usted a hablar en castellano...
- La profesión de arquitecto me obliga a pagar contribución y ya la pago, pero no a dejar de hablar mi lengua. (en catalán)
- ¿Cómo se llamaba su padre?
- Francesc Gaudí
- ¿Qué es eso de Francesc? - Uno de los cuatro policías que ayudaban al que preguntaba dijo dirigiéndose al Sr. Gaudí:
- ¡Si usted no fuese viejo le rompería la cara; sinvergüenza, cochino!
- Yo a usted no le insulto y usted a mi sí, yo hablo mi lengua... (en catalán)
- Si usted no fuese viejo...
- No me insulten que no tienen derecho. (en catalán)
En este momento llega una señora toda preocupada y dirigiéndose directamente al Sr. Gaudí le dice:
- ¡Ai, Sr. Gaudí! Me han dicho que le habían cogido cuando quería entrar a Sant Just ¡y aún no debe haber almorzado! ¡Quiere que le traiga un vaso de leche? (en catalán)
- ¿Quién le ha dado permiso para entrar?
- He pedido permiso en la puerta y me lo han dado.
- Siéntese usted - la señora se sienta. Los policías rompen todo lo que habían escrito hasta el momento y vuelven a empezar. Pasa un cuarto de hora volviendo a hacer el atestado: un policía dictando, otro escribiendo y los otros dos reputándolo. El Sr. Valls se cansa y alzándose dice:
- Señores: sería muy triste que la señora también tuviera que perder toda la mañana aquí. Sería mejor darle un permiso para que saliera a buscar un desayuno para el Sr. Gaudí.
El policía que dictaba dijo:
- ¡Que se vaya!
El Sr. Valls añadió:
- Y ahora permítanme que les diga que no comprendo como se molesta de esta manera a personas honradas...
Un policía:
- Cállase usted. Si no fuese usted tan viejo, le reomperiá la cara.
El Sr. Valls:
- Aquí no tendría ninguna gracia. En la calle mano a mano ya sería otra cosa.
Todo el mundo se calla. Siguen escribiendo al dictado y los dos policías que ni escriben ni dictan comienzan a pasearse por delante de los detenidos, burlándose y haciendo gestos, como queriéndoles decir: ya veremos como saldréis de todo esto.
Volvió a entrar la señora, llevando una botella de leche, una copa, un panecillo de Viena y una cuchara, todo envuelto en una servilleta.
El Sr. Gaudí almuerza. Al acabar, la señora recoge los trastos y vuelve a salir, despidiéndose del Sr. Gaudí.
Entra un oficial de policía. Habla con los cuatro que hacían la indagatoria y vuelve a salir. Justo después éstos meten los papeles que han escrito dentro de un sobre y llaman a un policía:
- Acompañe a estos señores a la Delegación de la Lonja.
Salen. En la puerta de la Delegación de la plaza del Regomir, entrega el montón de papeles y a los detenidos a una pareja de policías y ésta los lleva a la Lonja. Al llegar a la Lonja los policías entregan entregan los papeles y a los detenidos. Abren el sobre con los papeles, los leen y vuelven a preguntar al Sr. Gaudí por las generales de la ley. En llegar a la profesión y contestar "arquitecto", se repite la escena de la plaza Regomir, casi con las mismas palabras.
El Sr. Valls dice, en castellano:
- El Sr. Gaudí está en su perfecto derecho hablando en catalán. El <<Jefe>> de policía:
- ¿Ve usted, Sr. Gaudí, como su compañero habla el castellano?
El Sr. Gaudí:
- Sí, ya lo veo; pero yo ya tengo suficiente con mi lengua. (en catalán)
El policía, dirigiéndose al Sr. Valls:
- Y a usted, ¿porque lo han traído?
- Yo acompaño al Sr. Guadí.
- ¡Pues ya está aquí de más! ¡Váyase usted!
- Yo quiero acompañar al Sr. Gaudí. El Sr. Gaudí no ha hecho nada que no haya hecho yo. Y si a él le prenden, también hay que prenderme a mi.
- ¡Guardia! ¡Saque usted a este señor! El Sr. Valls, sin saber como, se encontró en el medio de la calle, con empujones y sacudidas. Se esperó una buen rato para ver si podía enterarse de como acababa aquello, pero enseguida creyó que lo mejor sería ir a la Sagrada Familia a dar el aviso de lo que pasaba.
El día siguiente, el Sr. Valls hizo por encontrarse con el Sr. Gaudí y le preguntó que le había pasado después de que les separasen. El Sr. Gaudí le dijo:
- Me registraron, encontrándome un santo Cristo, unos rosarios y un libro de ir a misa, que me retornaron. Después me condujeron por unos pasillos de la Delegación y abriendo y cerrando tres rejas de hierro me dejaron en un calabozo muy oscuro. No pude distinguir nada más que un banco, el cual al acostarme se alzaron dos hombres, a los que les dije: (en catalán)
- Miren señores: me han detenido en el momento que intentaba ir a misa. Mis armas son estas: el santo Cristo, los rosarios y el libro. Permitanme que haga mis oraciones y después estaré por ustedes. (en catalán)
Después de rezar un poco, pregunté a uno de los detenidos:
- ¿Porque está usted aquí? (en catalán)
- Hace seis meses que estoy en la <<Modelo>> y me han traído hoy aquí donde me darán los papeles necesarios para quedar en libertad.
- ¿Y usted?
- Porque vendía fruta por la calle. Después de quitarme la fruta me han puesto una multa de 5 duros y sin tenerlos para poder pagar me han traído aquí.
Entró un policía: traía unos papeles que entregó a uno de los detenidos y lo puso en libertad. Cuando éste hubo salido, el policía le dijo al Sr. Gaudí que le había sido impuesta una multa de cincuenta pesetas y que si las pagaba le pondrían inmediatamente en libertad.
El Sr. Gaudí dice que no los lleva.
El policía dice:
- ¡Entonces se tendrá que quedar!
Sale y cierra. El Sr. Gaudí empieza a pensar a que amigo, cercano a la Delegación, podría escribir, pidiéndole las 50 pesetas y se decidió por llamar al Sr. Rector de la Mercè. Le pidió al policía que se paseaba por fuera de la reja, papel, tintero y pluma para escribir. Escribió al Sr. Rector de la Mercè pidiéndole 75 pesetas: 50 para pagar su multa y 25 para pagar la del preso que estaba con él. Pidió al policía que si podría hacerle el favor de dar curso a la carta, a la cual cosa éste accedió.
Pronto compareció el Sr. Rector, y al cerciorarse que efectivamente el Sr. Gaudí se encontraba preso y que era él quien le había escrito, le dió las 75 pesetas, con las cuales pagó su multa y la del otro preso. Al poco tiempo salieron en libertad, junto al Sr. Rector.
En la calle, el preso - que era castellano - le pidió llorando al Sr. Gaudí el nombre i dirección, para devolverle las 25 pesetas en cuanto pudiese. Y el Sr. Gaudí le dijo:
- La caridad no se devuelve. Si un día os encontráis como yo hoy, en el caso de poder hacer un acto de caridad, hazlo pensando las 25 pesetas que me querríais devolver.
Así acaba esta relación de los hechos. El 7 de junio de 1926 Gaudí fue atropellado por un tranvía cerca de la plaza Tetuan. Trasladado al Hospital de la Santa Creu donde murió al cabo de 2 días sin haber recuperado el conocimiento. Como iba vestido de forma sencilla y no llevaba la documentación, no se supo quien era hasta poco antes de su traspaso.
Crexell, Joan
Detenció de Gaudí l'11 de setembre de 1924. (en catalán)
Serra d'or. (1987, setembre), any XXIX, núm.
335, pàg. 17-19.

1 comentario:

Anónimo dijo...

aquí si no hay "anónimos" como en otros artículos de esta categoría, y luego dirán que eso no pasaba, y si pasa ahora en sentido contrario es algo así como el revanchismo o la venganza, lo cual tampoco debe ser permitido.
no soy anónimo.
Alfonso Norman