Hoy ya no ha abierto sus puertas, la histórica librería de Barcelona, que en 1931 publicó a Pompeu Fabra y que trás la guerra se llamó "La Casa del Libro".
El motivo, las bajas ventas. Debidas a la crisis y tal vez también, a lo antipáticos que siempre fueron sus dependientes.
10 comentarios:
Al final la simpatía vende más que la calidad. Aplicaos el cuento, vendedores.
Desastre.
El post es pura simpatía
>>Al final la simpatía vende más que la calidad. Aplicaos el cuento, vendedores.
Demoledor vaticinio.
ah, y si, los vendedores a ser simpaticos y sonreir a esos clientes altaneros que se creen que por 20 euros tienes que besarles el c.. ejem, lo pies.
que no, que no es ser simpatico, es que la peña no tiene dinero y aunque lo tuvieran se lo bajan gratis y es lo que hay... y lo siento por catalonia pero ni es la única ni la última.
Cuando esto acabe (y veremos cuando acaba) no creo que quede ni un solo comercio de toda la vida en pie.
¡Sí, sí que eran unos auténticos hijos de perra! ¡Los recuerdo bien! ¿Y ahora ahí, qué pondrán...? ¿Una casa de putas o un banco? Viene a ser lo mismo, ¿no...?
Capitán, te has pasado al comparar una casa de putas con un banco ¿Alguna vez te han tratado mal en una casa de putas? ¿Alguna vez has ido a pasarlo bien a un banco? Creo que has confundido el trabajo de los hijos con el trabajo de las madres.
Yo creo que algunas librerías son tapaderas de otra cosa, por lo antipáticos, desagradables y poco dispuestos que son sus dependientes. Por aquí por la zona hay varios ejemplos...
¡Ja, ja, ja! ¡Pues tiene razón, último Anónimo, en su análisis del tema que nos ocupa! Lo que pasa es que como yo nunca he ido a una casa de putas - entre nosotros, nunca me ha hecho falta ya que las mujeres me tiran claveles y su teléfono cuando voy por la calle - pues no había caído en ello. Pero me ha hecho sonreír su ocurrencia. ¡Gracias!
Es verdad, nos tratan mejor en la Fnac, donde aunque no tienen ni puta idea son muy majos, además no es comparable una multinacional con una libreria de toda la vida...tenemos lo que nos merecemos y al final los editores ya verán que agradable es que los tengan cuatro multinacionales cogidos de los huevos.
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