No he podido resistir reproducir esta página dibujada por Montse Martín, en la que aparece Toledo.
En 1975, trabajaba en una escuela y me enamoré de una de las monitoras del comedor. Cuando terminó el curso escolar, no pude soportar su ausencia. Todo el mundo sabía mis sentimientos, menos ella... No me atrevía a decirle nada, por pavor a no poder seguir estando con ella, ya que sabía que tenía una relación, inestable, pero relación al fin y al cabo, con un madrileño que en aquel momento estaba haciendo la mili. Así que no sé muy bien como me pareció lo más natural del mundo dedicarme a seguirla allí donde fuera. Primero fuí a su isla natal, dónde fuí feliz con los pocos instantes que compartí con ella. Y luego, la cosa fué a peor cuando lme planté en Madrid, en casa de su novio a pasar unos dias... sólo para poder verla...
Fuí provisto de una tienda de campaña "canadiense" y en plan "hippie". Y, aunque me alojaron unos dias, amablemente, en su piso, acabé teniendo un momento de lucidez para largarme y dejarles tranquilos...
Creo recordar que fueron ellos mismos los que me aconsejaron ir a conocer Toledo.
Y allí que me fuí, en auto-stop, con mi tienda y mi mochila. Y con un alijo de libretas en las que escribir mi dolor.
Libretas que aún conservo y que no volvería a leer ni que me maten...
Me pasé una semana en Toledo llorando y escribiendo.
Acampado en un camping. Cerca del Tajo.
Recorrí la ciudad de arriba a abajo, cada dia. Para airearme...
Y cuando me dí por derrotado, emprendí una prudente retirada... para continuar llorando, pero ya en Barcelona, en mi casa...
2 comentarios:
ooooooh
l'amor és així de bonic i cruel...
Ahí hay una historia para viñetar.
Cuando deje la edición y se haga guionista, digo.
JC
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